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domingo, 27 de septiembre de 2015

El niño del alambre en la mochila.

Hoy, fue el tercer día que coincidía en la parada del autobús al salir del trabajo con un niño de unos 11 años, no lo sé, lo que sé es que sale del colegio y va a sexto de primaria.

El primer día; mi compañera de trabajo y yo nos fumábamos el cigarrazo de la tarea bien hecha con más ansias que vergüenza entre risas y voces. Se acerca un niño y se sienta a mi lado; cambio el cigarro de mano para que no le dé el humo en la cara. Esperamos cinco minutos más, el autobús de la línea 1 no tarda en llegar. Los tres nos ponemos en pie, busco en mi bolso, ese jardín de la alegría de la mierda acumulada, el bonobús. Me doy cuenta de que hay algo que impide separarme de ese niño, algo nos había enganchado. Un alambre que sobresalía de su mochila se había enganchado en mi chaqueta. Tiré. Deshilaché la chaqueta. Meneé al niño. Me miró asustado.

- "¿Cómo llevas eso así? ¡Esto es peligroso!"
- Ay, lo siento.

Subimos al autobús. El niño se queda en la parte delantera. Mi compañera y yo nos solemos poner en la parte de atrás, esta vez no era especial. No llegué a sentarme y sentí el impulso de acercarme al niño de nuevo.

- Hola, no te asustes. Creo que ese alambre que tienes en la mochila puede hacer daño a otra gente, deberías cortarlo o quitarlo de ahí; ya has visto que nos hemos enganchado y no pasa nada por mi chaqueta, no te preocupes...
- "Es que han sido los otros niños, ellos me lo rompieron, ellos fueron..."
- "Tranquilo sólo era eso".

Dos días más tarde, en la parada del autobús, estaba el niño. Ahora estábamos los dos. Él llevaba un libro en inglés "Heidi" que estaba empezando a leer.
- Hola.
- Hola.
- ¡Anda! ¿Lees en inglés?
- Sí, la profesora nos ha mandado elegir un libro en inglés.
- ¿Y entiendes algo?
- Pues algo, pero no todo, lo que pasa que luego hay que hacer el resumen porque, claro, ¿cómo va a saber si me lo he leído? El que no lleva el resumen es que no se lo ha leído.

Comenzamos los dos a leer la primera página. Apenas entendemos lo que pone.

- Bueno por el contexto sacarás el significado de lo que está escrito. Incluso puedes utilizar un diccionario
- Sí. Si entiendo algunas palabras, las otras no importa pero me entero de lo que pone.
- El inglés es un idioma muy importante para el futuro. Seguro que cuando seas mayor tienes que viajar o trabajar fuera de España.
- Ya. Eso ya lo sé, me lo dicen siempre.

(Silencio)

- ¿Sabes? Mi profesora de inglés es muy tonta. Nos hace hacer muchas chorradas que no tienen sentido. Me compré un cuaderno de 80 hojas y no la vale. Tiene que ser de 100 hojas para dividir 50 y 50 en Grammar y otra de Inglés. Bueno, ¿sabes lo que es Grammar?....

Saluda a un coche que pasa en ese momento.

- Mírala, no tiene edad para llevar ese coche.

En ese momento empiezo a alucinar con el niño.

- Creo que se te dan bien los estudios. ¿Sacas buenas notas?
- Pues la verdad es que sí.
- Ahá, eso está muy bien. ¿Cuál es tu asignatura favorita?
- Plástica.
- Ah, ¡eres un artista! Te gusta dibujar. No lo dejes nunca.
- Nunca lo dejaré.

Nos subimos al autobús. El niño desaparece en la parte delantera y yo en la trasera. No nos volvemos a ver hasta el tercer día.

- Hola, ¿qué tal estás?
- Bien, esperando al autobús.
- Ya. ¿Sales a estas horas del colegio? - son las tres de la tarde cuando salgo de trabajar.
- Sí, pero es que me quedo al comedor.
- ¿Se quedan muchos niños en el comedor del colegio?
- Algunos.
- ¿De tu clase?
- No, sólo dos o tres más, yo en cuanto mi hermano empiece el instituto dejo de ir y así me quedo con él a comer en casa. Mira, va una niña de mi clase que es pobre.
- ¿Es pobre?
- Sí, ¡es pobre! Hace poco se le murió su madre, y a su padre le van a quitar la casa porque no trabaja y como no tiene como pagarla pues se la van a quitar; además está cojo de una pierna o no sé qué. Así que como no tiene dinero ni nada, pues el colegio la da los libros gratis y la da de comer y todo.

(Silencio...)

- Fíjate que los otros niños se ríen de ella, y cuando la profesora nos dijo que estuvieramos en silencio porque se había muerto su madre, estaban en clase riéndose por lo bajo haciéndo así (el niño se pone a imitar cómo lo hacían).
- ¿Tu crees que eso está bien?
- ¿¡¡Tú crees que eso está bien!!? Lo que pasa es que ellos no saben.
- ¿El qué no saben? - Le pregunto.
- No saben qué es vivir sin madre, sin casa, con un padre enfermo que no la puede cuidar. Es una niña normal, como otra cualquiera, pero ellos no la ven así porque no tienen esos problemas, porque si les tuvieran ¿qué? ¿les gustaría que se rieran de ellos? ¿a que seguro que no?.
- Seguro que no ¿Tu eres amigo de esa niña?
- Yo sí, yo hablo con ella. Pues claro que hablo con ella. Mira, a ver si lo entiendes, si no nos ayudamos los unos a los otros, ¿quién nos va a ayudar cuando nosotros tengamos problemas? ¡Nadie! Porque ¿qué hemos hecho antes? Reirnos de los problemas de otros. Y así nadie, pero nadie, nos va a ayudar nunca. Esos que se ríen de esa niña, me gustaría verlos con problemas, estarían solos, siempre estarían solos. Se creen muy valientes riéndose, pero son idiotas. Es verdad, eh. Es verdad.

LLega el autobús, como un día cualquiera más. Desaparecemos. Volvemos a la rutina.
No he vuelto a ver a ese niño y en pocos días no volveré a coger ese autobús porque se me acaba el contrato de trabajo.

Pero el alambre de su mochila...